¿Está tu equipo pidiendo más? Señales de que tu startup necesita una nueva oficina
Un día todo encaja en una sala compartida. Al siguiente, el equipo se pisa los codos y las reuniones acaban en el pasillo. Si te suena familiar, no estás solo. A muchas startups les ocurre lo mismo: el espacio de trabajo queda desfasado antes de que puedas reaccionar.
En los primeros meses o años, el foco está en el producto, el cliente, el equipo… y es lógico. Pero hay un momento en el que la oficina deja de ser un comodín logístico y empieza a convertirse en una barrera para seguir creciendo.
Este artículo te ayudará a reconocer ese punto de inflexión. No con consejos genéricos, sino con señales claras —observables y accionables— que indican que quizás ha llegado el momento de replantear dónde y cómo trabajáis.
¿Necesitáis más privacidad? ¿Mejor distribución? ¿Más autonomía?
En muchos casos, las alternativas al coworking ya no solo son cuestión de presupuesto, sino de funcionamiento. Especialmente en contextos de crecimiento acelerado, la falta de planificación del espacio puede pasar factura al rendimiento, la cultura de equipo o incluso la retención del talento.
A lo largo del artículo, exploraremos:
- Cuándo y por qué el modelo actual se queda corto.
- Qué implicaciones tiene para el día a día del equipo.
- Y qué tipo de oficina para startups puede ayudarte a acompañar el siguiente salto, sin perder agilidad ni comprometer lo que os hace únicos.
Si tu equipo está pidiendo más, quizás tu espacio también debería estarlo.
Tabla de contenidos
El entorno lo dice todo: señales que no deberías ignorar
Cuando pensamos en el crecimiento de una startup, solemos mirar al equipo, la facturación o el producto. Pero hay otra variable que también habla, aunque a veces pase desapercibida: el espacio de trabajo.
Una oficina que se queda corta no siempre avisa con grandes señales. Lo hace con pequeños roces del día a día. Y si no se detectan a tiempo, pueden ralentizar el ritmo o desgastar al equipo justo cuando más necesitas foco y agilidad.
Estas son algunas señales claras de que tu entorno ya no está alineado con vuestra etapa de crecimiento.
Falta de espacio real
¿El equipo ha crecido pero el espacio no?
- Sobran personas y faltan escritorios.
- Las zonas comunes están siempre ocupadas.
- Se improvisan estaciones de trabajo donde antes no se trabajaba.
No es solo una molestia. Es una fricción diaria que impacta en el foco, la colaboración y el bienestar.
En mercados como el español, donde las startups tienden a alargar la fase compartida, esto es especialmente frecuente. Pero las condiciones que fueron válidas para cinco personas, pueden volverse inviables cuando ya sois quince o veinte.
Este fenómeno se ha observado globalmente, como indica el informe de CBRE sobre el entorno laboral 2025, donde se destaca cómo las nuevas formas de trabajo exigen una reevaluación constante del espacio físico.
Salas limitadas, agenda colapsada
Uno de los síntomas más comunes: la guerra por una sala libre.
- El equipo reserva con días de antelación.
- Las videollamadas importantes acaban en la cocina.
- Hay tensión por la ocupación de espacios compartidos.
Esto no solo genera incomodidad, también interfiere en la productividad y la experiencia del cliente (cuando las llamadas son externas).
Falta de concentración, exceso de ruido
Cuando el espacio se desborda, el ruido sube y la concentración baja. El equipo empieza a usar auriculares como defensa, hay más interrupciones y menos tiempo de calidad.
En este punto, seguir estirando el modelo puede resultar más costoso que hacer un cambio a tiempo. Y no hablamos solo de mudanzas: algunas oficinas para startups están pensadas precisamente para ofrecer más autonomía sin perder flexibilidad.
Si estás valorando opciones, este resumen de las mejores soluciones flexibles en Barcelona te puede servir como referencia para entender qué ofrece hoy el mercado y qué modelos están funcionando.
El equipo también habla
A veces no hace falta mirar métricas para saber que algo no va bien. Las primeras señales del desajuste entre equipo y espacio suelen llegar en forma de comentarios sueltos, rutinas improvisadas o frustraciones acumuladas.
Prestar atención a lo que dice (y hace) el equipo puede darte pistas valiosas sobre si el entorno de trabajo actual está frenando vuestro ritmo de crecimiento.
Quejas que se repiten más de lo que deberían
“No hay salas.”
“Esto parece un call center.”
“Llevo 20 minutos buscando un sitio donde hacer una videollamada.”
Cuando frases como estas empiezan a ser parte del día a día, algo no encaja. Y si el equipo lo dice en voz alta, probablemente ya lleva un tiempo sintiéndolo.
Aunque parezcan quejas menores, este tipo de fricciones afectan al clima interno y a la percepción del entorno como lugar de trabajo.
Soluciones caseras que parchean problemas estructurales
Ante la falta de recursos o espacio, el equipo suele improvisar:
- Auriculares todo el día para aislarse del ruido
- Reuniones en cafeterías por falta de salas
- Rotaciones espontáneas para ver quién encuentra un puesto libre
Estas dinámicas indican que el entorno de trabajo ya no está alineado con las necesidades reales del equipo. En contextos de crecimiento acelerado, como el que viven muchas startups, son especialmente frecuentes si no se ha previsto un cambio de entorno a tiempo.
Cuando el entorno empieza a pesar más que el trabajo
Una oficina que no permite concentración, descanso ni colaboración de calidad, termina afectando al bienestar emocional del equipo.
Y no se resuelve con fruta, yoga o afterworks. Tal como destaca este análisis de Harvard Business Review, el espacio físico influye más en el bienestar que muchas iniciativas formales de cuidado al empleado.
Si las condiciones del entorno hacen que la jornada se vuelva agotadora o frustrante, no solo impacta en la productividad, sino también en la retención.
En muchos casos, explorar alternativas al coworking o dar el paso a una oficina para startups adaptada a vuestro tamaño puede tener un efecto más inmediato y sostenible que cualquier otra acción a corto plazo.
¿Coworking o salto? Señales de que ha llegado el momento de avanzar
Compartir espacio puede ser una gran solución al principio, pero llega un punto en el que ya no basta con tener una silla y wifi. El modelo coworking tiene muchas ventajas para startups en fase inicial, pero también límites que empiezan a notarse cuando el equipo y los procesos se consolidan.
Estas son algunas señales que indican que quizás ha llegado el momento de dar el siguiente paso.
Cultura, privacidad y estabilidad empiezan a pesar más
En un entorno compartido es difícil:
- Tener conversaciones sensibles sin ser escuchado.
- Organizar sesiones internas sin interrupciones.
- Generar una cultura propia, sin estar “de paso”.
Cuando el equipo crece, la privacidad y la autonomía se vuelven imprescindibles. El espacio ya no es solo una cuestión operativa, sino estratégica. De hecho, cada vez más compañías están redefiniendo el papel del entorno físico en el éxito organizacional, como señala este informe de JLL.
Las rutinas ya no encajan en un modelo genérico
¿Reuniones a diario? ¿Sesiones de ideación con todo el equipo? ¿Momentos que necesitan concentración real?
Las dinámicas propias de una startup en crecimiento rara vez encajan del todo en espacios pensados para perfiles más nómadas o flexibles.
Si sentís que estáis constantemente adaptándoos al espacio —en lugar de que el espacio se adapte a vosotros—, seguramente el formato actual ya no se ajusta a las dinámicas reales del día a día.
En estos casos, explorar alternativas al coworking pensadas para equipos más consolidados puede ser una vía más eficiente (y menos costosa a largo plazo) que seguir estirando un formato que ya no encaja. Si no tienes claro qué opciones existen, este análisis sobre el futuro del coworking en empresas en crecimiento puede ayudarte a contextualizar.
Queréis que el espacio cuente vuestra historia
Una oficina para startups no es solo una dirección postal. Es una extensión de la marca, la cultura y la ambición del equipo. Transmite estabilidad, foco y propósito.
Si vuestra etapa ya no es la del ensayo-error, sino la de escalar y consolidar, el entorno debe reflejarlo. Y eso no siempre es posible si todo depende del espacio común o del diseño de otro operador.
¿Necesitáis más control sobre el entorno, sin perder flexibilidad ni asumir grandes inversiones? Esta guía sobre cómo elegir entre una oficina privada o un coworking puede ayudarte a tomar una decisión con criterio.
Alternativas al coworking: ¿qué opciones hay cuando una startup quiere más?
Cuando el modelo compartido se queda corto, toca explorar otras formas de trabajar. Lo bueno es que el mercado actual ofrece más opciones que nunca, incluso para equipos que no quieren atarse a contratos largos o hacer grandes inversiones iniciales.
Estas son algunas de las alternativas al coworking más interesantes para startups que están creciendo y necesitan un entorno más alineado con su etapa operativa.
Oficinas privadas llave en mano
Una opción cada vez más demandada.
- Espacios exclusivos para tu equipo
- Listos para entrar: mobiliario, internet, salas equipadas
- Flexibilidad en duración y condiciones
Ideal para equipos que buscan autonomía, control y una imagen profesional sólida. Este tipo de oficina para startups permite mantener agilidad sin perder calidad ni tiempo.
Serviced offices con todos los servicios incluidos
Aquí no solo contratas el espacio, sino todo lo que implica gestionarlo.
- Limpieza, suministros, recepción, mantenimiento
- Un único proveedor, una sola factura
Reduce fricciones operativas y libera tiempo al equipo interno. Esta solución es especialmente útil si no contáis con un facility manager.
Modelos híbridos adaptables
Algunas empresas combinan espacios comunes (coworking) con salas propias o zonas exclusivas.
- Escalable según el momento
- Menos barreras de entrada
- Compatible con equipos híbridos o en crecimiento progresivo
Esta tendencia hacia espacios más humanos, eficientes y hechos a medida ya está en el radar de los grandes del sector, como recoge este análisis de CBRE.
Y si estás valorando dar el salto pero sin perder flexibilidad, esta guía sobre cómo cambiar de espacio puede ayudarte a tomar la decisión de forma estructurada.
Lo importante no es elegir el formato “perfecto”, sino el que mejor encaje con la etapa y necesidades reales de tu equipo.
Recapitulación y próximos pasos
¿Está el espacio acompañando vuestro momento?
A lo largo de esta guía hemos repasado señales que, aunque pueden parecer pequeñas, tienen un impacto directo en la productividad, el bienestar y la cultura de tu equipo. Falta de salas, ruido constante, dinámicas forzadas… todo suma.
Si tu startup está creciendo pero el espacio sigue siendo el mismo, es probable que esté limitando más de lo que parece.
Cuando esto ocurre, no se trata solo de mudarse, sino de elegir el entorno que acompañe la etapa actual. Una oficina para startups debería facilitar el foco, reflejar la cultura del equipo y aportar estabilidad sin sacrificar flexibilidad.
Por suerte, el mercado ofrece muchas alternativas al coworking pensadas para startups en crecimiento. Desde oficinas privadas llave en mano hasta modelos flexibles adaptables, cada opción tiene su momento y propósito.
Si te estás haciendo estas preguntas, quizá sea el momento de explorar nuevos formatos. Puedes empezar por conocer cómo dar el salto de espacio sin perder agilidad o revisar cuál es el modelo más adecuado para vuestra próxima etapa.
Elegir bien el entorno puede marcar la diferencia entre un equipo que se adapta y uno que avanza.
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